Te lo digo Juan para que me escuches Pedro
- dentalloera
- 13 nov 2016
- 2 Min. de lectura
Me han llevado días y días reflexionar en lo que sucede cuando publicas casos y casos intentando abrir el panorama de los alcances de la cirugia oral y maxilofacial, donde no solo se trata de operar por operar sino de evaluar, diagnosticar, planear, estudiar y prepararse antes de un procedimiento en cualquiera de sus áreas ya sean ortognatica, trauma, patología, estética, preprotésica, endodóntica, periodontal, dientes retenidos, articulación, o cualquier otra que se me escape en este momento. Encontré que una selfie de chicas o chicos guapos, una noticia amarillista, un amén por los enfermos, un video de violencia en cualquiera de sus géneros así como un caso quirúrgico del antes y después o de sangrientos transoperatorios tienen algo en común: no enseñan ni aportan algo de interés sino que alimentan el morbo externo y el ego interno al conseguir muchos likes y no logran un mayor número de espectadores por resultar interesante el conocimiento aportado. Después de casi 4 años ya de publicar casos y cosas de la cirugía oral y maxilofacial seguimos enfrascados en referencias de terceros molares de extracción complicada; los pacientes siguen siendo atendidos por especialidades médicas rimbombantes, en centros e instalaciones con grandes manejos de capital y a pesar de ello cuando el paciente acude a tí con sub o sobretratamientos te das cuenta que siguen desinformados, que han invertido grandes sumas de dinero y que continúan sin conocer la verdad de sus padecimientos e incluso sin resolución de los mismos. Esta es una triste realidad que obliga a los profesionales a subcontratarse con las grandes empresas que les brindan pagos mutilados y muy por debajo de los honorarios correctos. Claro está que el paciente paga cuantiosas cantidades que van en favor de los empresarios y no de aquellos que hacen posible el tratamiento. Es por ello que permanentemente es y será mi trabajo el seguir intentando abrir los ojos de nuestros respetables colegas, de nuestros importantes pacientes y de mis queridos compañeros de especialidad. Aún conservo la esperanza de algún día dignificar esta noble rama de la Odontología y de la Medicina. Termino esta publicación con la aclaración de que no pretendo colgarme un título que no poseo pues a final de cuentas tú, mi estimado lector tienes la última palabra. Déjanos tu comentario

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